Invisible manada
Tenía de pequeña, una imagen recurrente:
mujeres y hombres alrededor de un salto de agua,
están entre las rocas, tomando el sol
o andando simplemente.
Hay ancianos, niños,
conversan, ríen o están en silencio.
Son una comunidad de pacíficos.
Así, imaginaba yo, debía ser el mundo.
Hoy busco hacer esa tierra posible.
Sigo la pista brumosa con una certeza apenas nacida:
somos una molécula indispensable de esa paz
que hacemos con nuestra mano abierta,
la respiración calma, la escucha generosa.
En la marea inadvertida de lo cotidiano,
nos vamos reconociendo.
Como una invisible manada.
Comentarios
Publicar un comentario