Aquí
Es el décimo piso
de una oficina pública.
Desde allí se puede ver
un paisaje de azoteas rojas,
el observatorio del Colegio Nacional
y más allá, un triángulo de río
entre edificios.
En este décimo piso de oficina
me siento bien.
En su lengua habla la ciudad,
un vaivén monocorde
hecho de autos y buses
que se detienen, arrancan,
un áspero mar.
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