No son ramas

Una nube gris llegó reptando
y lo cubrió todo.
Mis manos extendidas
se pierden
en esa espesura,
ni siquiera el tiempo
se mueve.
Al fin acontece
un corrimiento,
una tela que deja ver
sus hebras,
mostrando capas
y más capas detrás.
Algo distingo,
¿son ramas?
Mis dedos las alcanzan,
pero están inertes.
No son ramas
son los barrotes
de mi encierro.
 


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