Debajo de un árbol que llueve

Escribo debajo de un árbol que llueve. Leo acerca de saberse uno construido de un nosotros cósmico, donde biología, física, deseo y tecnología hacen lo suyo.

Leo también a Selva Casal y me desvelo puntual a las 4 am, todos los días. Pienso en el verso de la poeta: “yo no contra-digo, contra-pienso” y con el desvelo de la madrugada aparece la realidad in-aceptable, in-concebible de la guerra.

Pienso en el refugio antiatómico que es la poesía.


Manzanitas del cerro, diminutas como perlas, zorritos que cruzan cuando la noche los repara. Reparo, reparación.

 

Carpintería, San Luis, 1/3/2022


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